Las nuevas tecnologías son aquellas corrientes tecnológicas que están marcando un cambio en el modelo industrial y social en la economía global. Los cambios son tan revolucionarios que algunas publicaciones hablan de la “cuarta revolución industrial”.
Podríamos destacar las siguientes
● Inteligencia artificial (IA): tecnología que implica replicar o imitar razonamientos, procesos o acciones consideradas hasta ahora exclusivamente de origen humano.
● Cadena de bloques (Blockchain): tecnología que posibilita el intercambio de información y datos de forma anónima e ineludible, pudiendo ser aplicada en criptomonedas, contratos inteligentes, entre otras aplicaciones.
● Internet de las cosas (IoT): tecnología que aúna todas aquellas tecnologías que favorecen la conectividad entre dispositivos, siendo la domótica uno de los campos donde más se ha aplicado. Un ejemplo del avance en este sector tecnológico es el auge del Internet de generaciones, tales como el 4G, 5G o 6G.
● Realidad aumentada y virtual (VR): tecnología que permite llevar las experiencias sensoriales hasta su máximo exponente de forma artificial. Nos lleva al llamado metaverso y constituye una de las grandes bazas de la revolución digital. Un ejemplo de las posibilidades de esta tecnología es su aplicación en cirugía, pudiéndose realizar una operación a distancia mediante la combinación de robótica y realidad aumentada.
● Impresión 3D, Automóviles automáticos, Drones…
Se trata de tecnologías de carácter multidisciplinar cuyo uso puede aplicarse a distintos sectores empresariales y científicos.
La presencia de dispositivos tecnológicos en nuestra vida cotidiana, los nuevos canales de comunicación online, las nuevas formas de consumo de contenido audiovisual y las redes sociales aportan innegables beneficios a la sociedad: mejoran la comunicación, facilitan
nuevas formas de aprendizaje y dan un mayor acceso al conocimiento. No obstante, su mal uso puede conllevar importantes perjuicios.
Con independencia del ciberdelito y el ciberacoso que pueden derivarse del uso de Internet y las redes sociales, en la actualidad, el marketing de redes sociales es una de las principales herramientas de comunicación de empresas y organizaciones. Los contenidos que estas difunden en sus páginas web y redes sociales son un motor de desarrollo de negocio, reflejan su imagen y valores y contribuyen a la construcción de su marca. En general, existe la falsa percepción de que todo aquel contenido que circula en internet es
lícito o de libre acceso y ello no es así. Nuestro papel aquí es doble: asegurarnos de que los contenidos del cliente estén bien protegidos para hacer frente a copias e infracciones y defender sus derechos cuando ello ocurre.
Los contenidos protegibles en Internet y las redes sociales pueden comprender fotografías u otras imágenes, literatura, diseño, marcas y otros signos distintivos, todos ellos susceptibles de protección por derecho de autor, diseño industrial, marca o competencia desleal.
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