01 Feb La pesadilla de Banksy se multiplica
Hace poco más de un año, desde CURELL SUÑOL nos hacíamos eco de una noticia que había sacudido el panorama marcario europeo, la anulación de la marca gráfica de la Unión Europea nº 12575155 “El lanzador de flores” (The Flower Thrower), del conocido artista y grafitero Banksy, su autor, que opera a través de la compañía británica Pest Control Office Limited para mantener su anonimato.
La pérdida del registro se produjo después de que, en marzo de 2019, Full Colour Black Limited instase la nulidad de la citada marca en base a los artículos 59(1)(b), mala fe en la solicitud, y 59(1)(a) en relación con los artículos 7.1 b) y c), motivos de denegación absolutos del Reglamento de la Marca de la Unión. Después de un procedimiento largo y complejo, la EUIPO determinó que había existido mala fe y que el registro de la marca debía ser anulado.
Sin embargo, la particular guerra entre Full Colour Black Limited y Banksy no terminó ahí y es que el procedimiento de nulidad de “El lanzador de flores” (The Flower Thrower), fue solo el primero de otros tantos. Desde esa resolución, Full Colour Black Limited ha instado la nulidad de varias de las marcas titularidad de Pest Control Office Limited (representante legal de Banksy) entre las que se encuentran la MUE 017981633 “Nola” o “Chica con un paraguas” (Girl with an umbrela”), la MUE 017981624 “Rata del amor” (Love Rat), la MUE 017981637 “Abrazadora de bombas” (Bomb Hugger), la MUE 017981636 “Rata radar” (Radar Rat), la MUE 017981629 “Reíros ahora” (Laugh Now) y, de nuevo, “El lanzador de flores” (The Flower Thrower), resolicitada bajo la MUE 018118853.
Las cuatro primeras marcas mencionadas han seguido el mismo camino que “El lanzador de flores” al que hacíamos referencia al principio del artículo y han sido anuladas por la EUIPO. En las cuatro resoluciones de anulación la EUIPO (calcadas) ha declarado que existió mala fe a la hora de solicitar las marcas debido a las siguientes circunstancias:
- De las pruebas presentadas se desprende que Banksy no fabricó ni vendió ningún producto o prestó servicio alguno con las marcas impugnadas ni intentó crear un mercado para sus productos hasta justo antes de la presentación de las solicitudes de nulidad.
- Cuando el titular solicitó las marcas no tenía intención de utilizarlas y sólo se hizo un uso real de las mismas después de la incoación del anterior procedimiento nº 33843 contra la solicitud de la marca nº 12575155 “El lanzador de flores” y aproximadamente un mes antes de la presentación de estos cuatro procedimientos, y que dicho uso se identificó como un uso para eludir los requisitos de la ley de marcas y, por lo tanto, no había intención de utilizar realmente los signos como marca.
- El propio Banksy, a través de sus representantes, admitió que el motivo de empezar a usar las marcas era cumplir con las exigencias de la legislación sobre marcas europea, pero que en ningún caso tenían previsto hacer un uso real de los signos registrados.
- El objetivo de registrar las marcas no era otro que obtener una protección legal que no le podía conferir el copyright.
En lo referente a la MUE 017981629 “Reíros ahora” (Laugh Now) y la MUE 018118853 “El lanzador de flores” (The Flower Thrower), se encuentran anuladas por los mismos motivos que los anteriores registros, pero las decisiones todavía no son definitivas .Sin embargo, teniendo en cuenta los anteriores precedentes, nos atrevemos a sospechar que el resultado será el mismo y que quedarán anuladas sin que se recurran las decisiones de la EUIPO.
Banksy ha guardado celosamente su identidad durante años y también ha desempeñado un papel especialmente activo en la forma en que desea que se presenten y vendan sus obras de arte. Todos recordamos la obra “Niña con globo” (Girl with Balloon), autodestruida justo después de su venta en Sotheby’s en 2018 (y rebautizada por el artista británico como “El amor está en la papelera”) y tenemos presentes las numerosas denuncias presentadas contra organizadores de exposiciones no autorizadas; sin olvidar la anulación de los registros de marca objeto de este artículo, a raíz de una disputa con una empresa que comercializa tarjetas de felicitación. En definitiva, la imagen rebelde de Banksy a menudo no casa con sus esfuerzos por controlar el mercado de su obra.
Todos esos esfuerzos los lleva a cabo Pest Control, la empresa que autentifica las obras de Banksy y las vende. Son muchos los objetos atribuidos o asociados al artista que circulan hace décadas, desde carteles hasta proyectos singulares como su The Walled Off Hotel, descrito por el propio artista como «el hotel con la peor vista del mundo», ya que está situado justo delante del muro que separa Israel de los territorios palestinos, en Belén.
Y en este contexto, hay un número creciente de productos falsos, lo cual irrita al artista.
Pero hay una cosa innegable: en el ámbito de las subastas, los grabados y las obras con certificado de Pest Control son las únicas obras de Banksy verdaderamente auténticas, y el mercado no muestra signos de desinterés hacia ellas. Se adjudican por cifras astronómicas. Por ejemplo, en una subasta de Sotheby’s que tuvo lugar en septiembre 2020, un grabado autenticado de “Niña con globo” (Girl with Balloon), cuyo precio inicial había sido 275 libras esterlinas, se vendió por 438.500 libras: en 16 años, el valor del grabado había aumentado casi 1.600 veces su precio de compra original. Por otra parte, la emblemática obra de Banksy autodestruida hace más de tres años alcanzó casi 18,6 millones de libras, un récord para el artista, y cerca de 20 veces su precio antes de ser despedazada.
Autor: Albert Olea Cortés