26 Nov Batalla en la cocina: el juicio entre robots culinarios ha quedado visto para sentencia
En 1960, la prehistoria en el mundo de las innovaciones tecnológicas culinarias, se inventaba en Francia un producto que, años más tarde, se colaría en millones de hogares: una batidora eléctrica que incorporaba un sistema de calor. Ese fue el inicio de una revolución y Vorwerk empezó a vender su invento bajo la marca Thermomix.
La competencia tardaría en llegar, pero lo hizo, y en 2007 la empresa catalana Taurus lanzaba al mercado Mycook, un robot de cocina similar al comercializado como Thermomix que incorporaba una innovación, la cocción por inducción, y un precio más asequible. Vorwerk demandó ese mismo año a Taurus por infracción de tres de sus patentes, exigiendo la retirada del robot del mercado. Recordemos que el derecho de patente confiere a su titular la exclusiva sobre la solución técnica protegida, impidiendo así la fabricación, el ofrecimiento para la venta, la introducción en el comercio o la utilización de esta por parte de terceros no autorizados.
Aunque las patentes básicas del producto comercializado bajo la marca Thermomix estaban caducadas, Vorwerk seguía poseyendo algunas patentes referidas a aspectos técnicos parciales de la máquina, que son las que invocó en el litigio. Tras una escalada de tribunales, el caso llegó al Supremo, que en 2013 confirmó la desestimación de la demanda de Vorwerk, dando así vía libre a Mycook. La sentencia fallaba que las soluciones técnicas dadas a las funciones de los respectivos robots de cocina eran distintas y, por ende, no se infringían las patentes esgrimidas por Vorwerk.
Ahora, el robot Thermomix se enfrenta a Silvercrest Monsieur Cuisine, un robot de cocina comercializado por la cadena de supermercados Lidl con gran éxito y a un precio aún más económico. Vorwerk reclama, en demanda presentada ante los Juzgados de lo Mercantil de Barcelona, que Lidl ha vulnerado sus derechos de patente, mientras que Lidl se defiende solicitando que se declare nula la patente invocada, por falta de novedad, de actividad inventiva y adición de materia. El juicio ha quedado visto para sentencia, después de la práctica de pruebas periciales que pueden ser determinantes para decantar la balanza. En esta ocasión, se ha hecho especial énfasis en el sellado de la tapa cuando la máquina está funcionando, que impide poder abrirla mientras las cuchillas estén girando, un mecanismo de seguridad que tiene el robot Thermomix. Según Lidl, su robot de cocina no reproduce dicha característica de bloqueo.
Habrá que ver si el juzgado falla como en el caso contra Taurus y da a Lidl vía libre para comercializar su robot de cocina o bien si, como ha ocurrido en Francia, estima que los derechos de patente de Vorwerk se han infringido, en cuyo caso Lidl podría verse obligada a abonar una indemnización a la demandante de hasta el 10% del importe bruto de las cifras totales de ventas de su robot y a decir au revoir al diseño actual de Monsieur Cuisine. En cualquier caso, ambas partes tendrán la opción de recurrir en segunda instancia. Habrá que estar atentos, pues creemos que el que pierda querrá dar la vuelta a la tortilla.
Si quieren acceder al texto completo de la sentencia Mycook, la encontrarán AQUÍ
Artículo de Berta Benet .