Thermomix” vs “Monsieur Cuisine Connect”: la batalla de los robots de cocina termina con un vuelco

Thermomix” vs “Monsieur Cuisine Connect”: la batalla de los robots de cocina termina con un vuelco

Como muchos recordarán, hace un año el Juzgado de lo Mercantil nº 5 de Barcelona estimó la demanda de Vorwerk & Co. Interholding GmbH (“Vorwerk”), fabricante de la máquina de cocina Thermomix®, contra la cadena de supermercados Lidl Supermercados, S.A. (“Lidl”), declarando que el robot de cocina de Lidl “SilverCrest Monsieur Cousine Connect” (competidor de la máquina Thermomix®) violaba la patente de Vorwerk que protege la tecnología consistente en una “Máquina de cocina”.

Recientemente, el asunto ha dado un giro. La Audiencia Provincial de Barcelona (sentencia nº 14/2022 de 13 de enero de 2022) estimó el recurso de apelación de Lidl, declarando nula la patente de Vorwerk e inexistente la infracción. De esta manera, dio luz verde a que Lidl vuelva a comercializar su “Monsieur Cousine Connect”.

En cuanto a la nulidad de la patente, que era uno de los pilares de la defensa de Lidl, la AP consideró que la patente era nula por dos motivos distintos: adición ilegítima de materia durante su tramitación y falta de actividad inventiva.

Respecto de la primera cuestión, la AP concluyó que la combinación de dos de las características incluidas en la reivindicación principal, a saber, que la tarjeta de control cuente al menos con dos circuitos de mando diferenciados: uno para el mecanismo agitador o batidor y el otro para el dispositivo de pesada, no tiene soporte en la solicitud de la patente tal como fue presentada originalmente.

Con este pronunciamiento la AP entendió que debía prosperar el primer ataque de nulidad por ampliación de materia, lo que determinaba la nulidad de la reivindicación principal y con ella de toda la patente. Esto bastaba para estimar el recurso de Lidl, pero la AP dio respuesta a las demás cuestiones que el recurso planteaba “a mayor abundamiento”.

Respecto de la segunda causa de nulidad, la sentencia de primera instancia había concluido que la invención reivindicada en la patente realmente era muy sencilla, pero no obvia. Para la AP, en cambio, para un experto en la materia habría sido obvia la solución al problema técnico objetivo (cómo lograr una máquina de cocina que combine un mecanismo seguro y un sistema de pesada independiente de la maniobra del interruptor), porque la propia memoria de la patente afirmaba que las características relevantes ya estaban en el estado de la técnica más próximo (invenciones anteriores de Braun, Philips y Ronic).

En cuanto a la infracción, la AP concluyó que el robot de Lidl no reproduce la secuencia necesaria de dos pasos que reivindica la patente (primero, debe detenerse el dispositivo agitador; y segundo, retirar la tapa) para que se pueda intervenir con seguridad en el vaso de agitación. Su tapa se puede abrir sin necesidad de ninguna acción previa, es decir, sin necesidad de detener previamente el mecanismo agitador y es esa apertura o desenclavamiento de la tapa por medio de un pequeño giro sobre su eje la que determina la detención del mecanismo agitador, si bien no de forma inmediata. Para la AP, reproduce un sistema de seguridad que ya formaba parte del estado de la técnica.

De la sentencia, llama la atención que la AP diera respuesta a todas las cuestiones planteadas por el recurso de apelación, aunque sea con carácter de mayor abundamiento, lo cual se agradece, y mostrara dudas acerca de si estamos ante un caso de adición de materia ilegítima y de falta de actividad inventiva. Nos preguntamos entonces si, ante tantas dudas, no debería haberse fallado a favor de un título concedido (por la Oficina Europea de Patentes), como es la patente de Vorwerk.

La sentencia de la AP es firme, dado que Vorwerk no presentó recurso de casación ante el Tribunal Supremo. De esta manera, su patente ha quedado anulada y el asunto finaliza con victoria de Lidl. En cualquier caso, a la patente le quedaba una vida muy corta: iba a expirar el próximo 27 de junio; a partir del día siguiente, cualquier tercero podría explotar libremente la invención que la patente protegía.

Autor: Emil Edissonov